miércoles, 14 de abril de 2010

Falangistas y Peronistas

Por Sergio Kiernan  http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-24265-2003-08-18.html
–¿Por qué Perón tardó tanto en llegar a España? La Libertadora lo expulsa en septiembre de 1955 y recién en 1961 llega a España. ¿Quería estar cerca de Argentina para regresar? ¿Quería seguir jugando un papel central en la política de aquí? ¿O había otros motivos? Al leer sobre el tema vi que Perón vivió en España 12 años, del 61 al ’73, y Franco lo vio una sola vez, en 1973 cuando se volvía a la Argentina.
–No me deje con la intriga, ¿por qué Perón se tomó casi seis años para llegar a España?
–Porque Franco no tenía el menor interés en recibirlo. La idea de vivir en España surgió en 1956 y Franco la vetó: no lo quería a Perón en España. Recién después de algunos años y de un conflicto interno entre las diversas familias políticas del franquismo, los falangistas llegaron a convencerlo de que lo dejara entrar. Y al principio lo dejó llegar hasta Sevilla y no lo dejó instalarse en Madrid. Que Franco le permitiera mudarse a la capital tomó algunos meses más.
–¿Por qué la Falange, defendió a Perón?
–La Falange perdió influencia política al fin de la guerra civil y luego de la derrota del Eje. Los falangistas vieron en Perón y su mezcla de nacionalismo, con apoyo popular, una continuación de las ideas de su fundador José Antonio Primo de Rivera. Para ellos era una manera de expresar sus reservas sobre la política tan conservadora de Franco, por lo que realmente hicieron lo posible para ayudarlo. Y después mantuvieron buenas relaciones con él durante su exilio, desde Pilar Primo de Rivera, la hermana del fundador, hasta José Antonio Girón, que fue ministro de Trabajo de Franco, pasando por periodistas falangistas muy conocidos como Helio Romero. Franco, a su vez, tenía sus reservas respecto del estilo de liderazgo de Perón por el conflicto con la Iglesia, que era uno de los pilares del régimen español, y por la movilización constante del pueblo. Franco tenía otro estilo de liderazgo, quería a la gente calladita, en casa, no en la plaza, despolitizada.
–Este cuadro que pinta contradice las relaciones entre los dos países a partir de 1946, que fueron realmente muy cercanas.
–Muy cercanas y con un papel muy importante en la sobrevivencia del régimen franquista. Un argumento central en mi libro es que la ayuda de Perón contribuyó a salvar al régimen en este momento entre el fin de la guerra y la agudización de la Guerra Fría, digamos entre la caída de Berlín en 1945 y la Guerra de Corea en 1950. Fue una ayuda sobre todo económica, pero también diplomática y política crucial, porque España se encontraba aislada, boicoteada por los países del Este y el Oeste. Es muy interesante ver la documentación que demuestra la importancia que tenía la ayuda argentina. Por ejemplo, el gobernador de Canarias manda un cable a Madrid avisando que la gente está al borde del hambre y que si no llega trigo, maíz, harina, hay un serio peligro de sublevación. La Cancillería española avisa al embajador en Buenos Aires que necesitan con urgencia un barco de cereales para Canarias. El embajador se encuentra de inmediato con Ramón Cereijo y con Perón, y al otro día sale un barco rumbo a Las Canarias cargado, para calmar a la población.
–¿Era así de detallado, de inmediato?
–Efectivamente, es impresionante...